
Paradójicamente, los dispositivos y apps nos
aíslan en cierta manera de nuestro alrededor y, a la vez, nos facilitan
socializar con millones de personas del resto del mundo. Pero, en realidad,
bajo el falso anonimato tras la pantalla, estamos más identificados que nunca.
Pero ¿por qué nos resulta tan atractiva la posibilidad de conocer a
alguien que esté totalmente fuera de nuestro ámbito social?
"Cuando te contactas con un desconocido
por esta vía, de manera natural se
eliminan ciertos parámetros relacionales que
la interacción analógica demanda. Así la cortesía en la red tiene sus propias
reglas y generalmente no requiere de los tiempos y formas que
el formato tradicional pauta", explica María Soria Oliver, coordinadora
académica del grado de Psicología en la Universidad Internacional de La Rioja
(UNIR). Pero el problema se produce en gran medida, explica la experta, cuando
se busca intimidad al modo tradicional pero con la inmediatez digital.
A su juicio, el usuario (en particular el más joven) puede gestionar con
cierta dificultad los tiempos y claves que caracterizan ambas vías.
"Suele suceder que si la relación
escora hacia lo íntimo, se abandona el formato digital y se
continúa por la vía analógica. Así dos personas en cierta forma
desconocidas, pero sabedoras en ocasiones de aspectos muy personales del otro,
acaban encontrándose. Si por el contrario, el formato relacional es grupal y
preferentemente digital, la interacción por esta vía funciona con la inmediatez
de este medio y con el sentimiento de pertenencia al grupo y de estar conectado
a lo que se maneja en este momento, lo que no excluye experimentar cierta
soledad personal. Un tercer formato es el de las relaciones que no dan el salto
a lo personal y quedan de algún modo bajo la protección de la Red y
los recursos que esta proporciona. Entre ellos, cierto anonimato y posibilidad
de no implicarse en la interacción. Este juego relacional genera dinámicas que
los individuos no suelen gestionar con eficacia. Como es natural, todas las
vías tienen sus ventajas y será el manejo adecuado y maduro de los recursos el
que proporcione las mayores utilidades por la combinación de unos y otros medios",
explica la psicóloga.
¿Quieres descubrirlo por ti mismo? Te
proponemos asomarte sin miedo a los desconocidos con estas apps y experimentar
conexiones íntimas a miles de kilómetros.
Te conecta con desconocidos que se sienten
como tú. Triste, cansada, eufórica, sola, en la ruina... Porque nadie mejor que
esa persona te comprenderá. "Dos mundos, un momento", así de romántico suena
su eslogan. Una conexión anónima, mundana y empática entre quienes piensan o
actúan de la misma manera.
Dicen que para cambiar e interiorizar hábitos
se necesitan 21 días. Quizás para evitar apegos confundidos, esta app
propone compartir tu vida con desconocidos durante 20 días.
Una especie de big brother entre dos, aunque siempre manteniendo oculta la
identidad. Una experiencia casi religiosa. "La apertura de una ventana de
tu vida a otra persona", dice su joven creador, un estudiante del departamento
de Sistemas Juguetones del MIT Media Lab. Durante ese lapso no están
permitidos los mensajes entre ambos. Al día siguiente, sí puedes expresar tu
deseo de conocerle o lo que sea.
Compartes tus frustraciones con otros usuarios, algo terapéutico sobre todo cuando la otra persona no está influenciada por el entorno. La comunidad te asesora en tu problema y te ayuda a ver el lado positivo, que siempre lo hay, aunque te cueste verlo. Indicada para los que busquen apoyo emocional y desahogo. Prueba a pulsar el botón de interacción con acrónimos como LOL, OMG, WTF y HUG.
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Externa
Te cruzas con alguien, intercambias miradas,
te seduce al instante, puede ser el amor de tu vida, pero igual que viene se
va. Nunca más le volverás a ver. O sí: te descargas esta app y si con suerte el
otro también la ha instalado, cuando os encontréis (entre 1 y
500 metros de distancia) aparecerá su perfil en tu pantalla. Con un clic puedes
rechazarle para que no aparezca nunca más, saludarle o confesarle que te gusta.
Para hablar con él necesitas un crush (flechazo).
App para videochats con otros individuos con
necesidad de charlar sobre un tema. Quizás simplemente te sirva para practicar
speaking y soltar el oído en tu aprendizaje de un idioma. Se me
ocurren muchas más utilidades, seguro que a ti también. Esperemos que sea una
versión más púdica que Chatroulette, aunque en este caso las conversaciones
eran aleatorias (aquí se buscan usuarios con afinidades comunes para
hablar).
La gracia de esta app está en que con ella te
despiertas de tus sueños con una llamada telefónica de un desconocido. La otra
opción, despertar tú a alguien de cualquier rincón del
planeta, por ejemplo, del sexo opuesto y la misma edad. Una manera de lo más
original de conocer gente.
Asi que te invito a probar la que mas te guste.
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